La gran diferencia entre un estudiante y un discípulo. El estudiante quiere saber acerca de; todo su esfuerzo está dirigido a pensar mejor. El discípulo quiere ser; todo su esfuerzo está dirigido a cómo ser, a cómo regresar a casa, a cómo volver a recuperar esos ojos infantiles, a cómo renacer...

21 mar 2008

ILUMINACIÓN: UNA DISCONTINUIDAD CON EL PASADO

Hay una preciosa historia budista: En cierta ciudad apareció, inesperadamente, una joven muy hermosa. Nadie sabía de dónde venía; su procedencia era completamente desconocida. Pero era tan hermosa, tan encantadoramente bella, que a nadie se le ocurrió pensar de dónde había venido. La gente se reunió, toda la ciudad se reunió, y todos los hombres jóvenes, casi 300 jóvenes, querían casarse con ella.La mujer dijo:—Mirad, yo soy una y vosotros sois 300. Sólo me puedo casar con uno, de modo que haced una cosa. Regresaré mañana; os doy 24 horas. Si alguno de vosotros puede recitar el «Sutra del loto», de Buda, me casaré con él.Todos los jóvenes corrieron a sus casas; no comieron, no durmieron, recitaron el sutra durante toda la noche, intentaron metérselo en la cabeza. Diez tuvieron éxito. A la mañana siguiente, cuando llegó la mujer, aquellos diez hombres se ofrecieron a recitárselo. La mujer escuchó. Lo habían conseguido.—De acuerdo, pero yo soy una —dijo—. ¿Cómo me voy a casar con los diez? Os volveré a dar 24 horas. Me casaré con aquel que además pueda explicar el significado del «Sutra del loto». De modo que tratad de entenderlo, porque recitar es fácil, estáis repitiendo algo y no conocéis su significado.No había mucho tiempo —¡sólo una noche!—, y el Sutra del Loto es un sutra largo. Pero cuando estás locamente enamorado puedes hacer cualquier cosa. Regresaron a todo correr, se esforzaron. Al día siguiente aparecieron tres personas. Habían entendido el significado. Y la mujer les dijo:—Seguimos teniendo el mismo problema. El número se ha reducido, pero el problema persiste. De 300 a tres es un gran adelanto, pero sigo sin poder casarme con tres personas; sólo me puedo casar con una. De modo que os pido 24 horas más... Me casaré con aquel que no sólo lo haya entendido, sino que, además, lo haya experimentado. Así que, en las siguientes 24 horas, tratad de experimentarlo. Lo estáis explicando, pero esta explicación es intelectual. Buena, mejor que la de ayer —tenéis algo de comprensión—, pero la comprensión es intelectual. Me gustaría ver algo de meditación, algo de fragancia. Me gustaría ver que el loto ha entrado a formar parte de vuestra presencia, que os habéis convertido en parte del loto. Me gustaría sentir su fragancia. Así que volved mañana.Sólo volvió una persona, y con certeza lo había conseguido. La mujer lo llevó a su casa en las afueras de la ciudad. El hombre nunca había visto la casa; era muy hermosa, casi de ensueño. Y los padres de la mujer estaban esperando en la puerta. Recibieron al joven y le dijeron:—Estamos muy contentos.La mujer entró en la casa y el joven se quedó charlando un poco con sus padres. Después los padres le dijeron:—Entra. Te debe de estar esperando. Esta es su habitación.Se la enseñaron. Él entró, abrió la puerta, pero allí no había nadie. Era una habitación vacía. Pero había una puerta que daba al jardín. De modo que miró; quizás había salido al jardín. Sí, debía de haber salido, porque había unas pisadas en el camino. De modo que siguió las huellas. Caminó más de un kilómetro. El jardín terminó, ahora se encontraba a la orilla de un hermoso río, pero la mujer no estaba allí. Las pisadas también habían desaparecido. Sólo había dos zapatos, dos zapatos dorados que pertenecían a la mujer.Ahora estaba perplejo. ¿Qué había sucedido? Miró hacia atrás; ya no estaba el jardín, ni la casa, ni los padres, nada. Todo había desaparecido. Volvió a mirar. Los zapatos ya no estaban, el río había desaparecido. Lo único que había era vacío, y una gran carcajada.Y él también se echó a reír. Se había casado.Ésta es una hermosa historia budista. Se había casado con el vacío, se había casado con la nada. Ése es el matrimonio que todos los grandes santos han estado buscando. Éste es el momento en el que te conviertes en «la novia de Cristo», o una gopi de Krishna*. Pero todo desaparece: el camino, el jardín, la casa, la mujer, incluso las huellas. Todo desaparece. Sólo queda la risa, una risa que proviene del vientre mismo del universo.
*Devota de Krishna. (N. del T.)
Osho- Autobiografía de un Místico Espiritualmente Incorrecto
Cap. Iluminación: Una Discontinuidad con el Pasado
Págs.43,44

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